Esta semana, con Natalia Fuentes Arancibia, estamos en el mall más grande de Chile.
proyecto: Art Box
localización: shopping mall Costanera Center, Tobalaba – Santiago – Chili
Hoy en día el consumo ocupa un lugar preponderante en las necesidades individuales y parece ser un nuevo modo de producir cultura. Chile no está al margen de esta tendencia, y en su caso el mall se ha convertido en el espacio de consumo preferido por los chilenos. El mall otorga no sólo la posibilidad de comprar, por el contrario, la diversificación de los servicios prestados por este generan en su entorno una serie de fenómenos respecto a la redefinición del espacio público y el uso del tiempo libre. Para bien o para mal, estas grandes construcciones llenas de tiendas, servicios y entretención son consideradas como un lugar de encuentro y de paseo. Un espacio privado que opera como espacio público, de libre acceso en el cual las personas pasan largas horas en ellos.
1w1p: el proyecto que se propone considera estas características y al mismo tiempo resuelve una problemática respecto a la recepción del arte. En el caso de los malls la oferta se ha inclinado hacia el teatro y el cine, dejando relegadas exhibiciones y muestras de arte a las galerías y los museos, que en comparación con el flujo de personas en los malls quedan en una abismante desventaja.
Descontextualizar el arte, sacarlo de su entorno natural, el de la galería y el museo e instalarlo en un mall, generando no sólo la sorpresa, sino también la recepción e interacción con un público ya no sólo consumidor, ahora también espectador es la propuesta de “Artbox”.
“Artbox” es como bien lo dice su nombre una caja que contiene en su interior una muestra de arte. Pero no basta con poner un objeto “extraño” en mitad del centro comercial, este debe atraer la atención del público. Para esto Artbox consta de un sistema que capta el movimiento y esto se traduce en formas luminosas en el muro de led. Con este sistema se pretende atraer al público a que visite la muestra al interior de Artbox. De esta forma las personas podrán interactuar y jugar haciendo de la expericia de ver una muestra de arte una forma lúdica poniendo énfasis en la sensibilidad del espectador.
Consumir es una forma de satisfacer un deseo, queremos que el arte sea parte de este deseo y que su consumo simbólico sea espontáneo y eficaz. No podemos cerrar los ojos ante la era en que vivimos y el arte debe ajustarse y así no quedar en la omisión. No es una solución, pero es una posibilidad de acercar el arte a las masas, de generar interés y que ante la insoslayable hegemonía de los centros comerciales estos sean también un espacio abierto a la cultura, el arte y la información.